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miércoles, 10 de noviembre de 2010

¿Perú, país de empresarios?

Es vox populi: Perú, país de emprendedores; otros, de empresarios. Expresión popular que marca la enorme diferencia entre una mediana y gran empresa (especialmente extranjera) con nuestra micro y pequeña (MYPE).
¿Qué es emprendedor? ¿Qué es empresario? El primero se califica como persona “que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas”. Al segundo,  aquella que por concesión o por contrata ejecuta una obra o explota un servicio público”, “persona que abre al público y explota un espectáculo o diversión”, patrono (persona que emplea trabajadores)”; “titular propietario o directivo de una industria, negocio o empresa”. Como se aprecia, el diccionario nos aclara, con crudeza, la realidad de la micro economía peruana. 
Según  Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN), en el Perú, mas del 90% de las unidades económicas son MYPES y organizaciones de producción y consumo preempresarial urbanas y rurales. Las estadísticas indican que cada año se constituyen y registran oficialmente miles de micro y pequeñas empresas. Sin embargo, no reflejan con transparencia cuántas de esas miles han fracasado en el intento.
Se registran las constituciones, pero no las liquidaciones de las MYPES. Al cambiar de razón social  o de giro comercial, se inscriben como una nueva persona jurídica, pero es la misma persona natural (emprendedora) o simplemente, no regularizan su nueva situación jurídica. En cambio, las mediana y gran empresa, constituidas mayormente por sociedades de capitales, numéricamente son menos respecto a la MYPES, y  formalizan su vida institucional.
Por ello, la necesidad de reflexionar: El gobierno debe sincerar la realidad de la micro economía. Sin tener estadísticas reales, a “ojo de buen cubero”, podemos afirmar que empresas son pocas (contadas con los dedos de las manos). En cambio las personas o pequeños grupos de emprendedores son cientos (formales e informales) que subsisten por una necesidad vital: “en algo tenemos que ocuparnos”, “peor es no hacer nada”, “sino como comemos”, “alguito caerá”.
Justamente estas expresiones determinan la naturaleza de los emprendedores: personas “que emprenden con resolución acciones dificultosas o azarosas”. Pero, ¿esa debe ser su condición sostenible en el tiempo? ¿El gobierno debe consolidar ese estatus de ser simples emprendedores? ¿Los emprendedores, en corto o mediano plazo, deben constituirse en empresarios? Obviamente abogamos por lo último, pero no  “..algún día…” como algo quimérico, soñador o conformista.
El empresario, con métodos de planeamiento estratégico, tiene clara la misión y visión de futuro de su negocio. Su preocupación es la perdurabilidad, basada en los ideas ingeniosas, creativas de los emprendedores. Las evalúa y orienta por el camino de la gestión empresarial. Y, en este apropiarse de las ideas de los emprendedores (legitimizado por la constitución y las leyes), los empresarios (especialmente los extranjeros) tienen mayor éxito en el modelo de economía social de mercado.
En conclusión, no debemos ufanarnos sólo del “emprendedurismo peruano”. Debemos promover la conversión de los emprendedores (MYPES) peruanos al mundo empresarial (tan cercano y tal lejano al mismo tiempo).

Raúl Rivero Ayllón
(rivero_ayllon@yahoo.es )

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