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viernes, 28 de enero de 2011


LETRA MUERTA: CUANDO LA FALTA DE COORDINACION LE ‘SACA LA VUELTA’ AL ORDEN
IMPROVISADO RESPETO PARA EL CODIGO DEL PEATÓN
HACE FALTA INSISTIR MÁS EN LA EDUCACIÓN DE LA POBLACIÓN. UN BREVE RECORRIDO POR LOS PUNTOS CRÍTICOS DE LA CIUDAD NOS REVELA EL DESOLADOR CUADRO DE LA INEFICIA DEL CASTIGO ANUNCIADO

Escrito por: José Luna Muñoz (joseluna@la industria.com) 
Cinco veces. Fueron cinco veces las que esquivé adrede la cebra y cinco más las que grite ¡Olé! Mientras dejaba que un Toyota blanco atraviese el imaginario capote que blandí sin ningún sentido del peligro. Gracias, señores. Gracias, señores. Rosas y aplausos llueven sobre la arena del coso. Gracias. Un claxon también llueve y una voz que me dice: “Regresa a la vereda… (calificativos  irreproducibles)!”
Unas cinco veces más repetí mi hazaña taurina y una señorita de verde, con pequeño gorrito que parece un casco, y un pito y una inscripción que reza Policía de Tránsito en el pecho me observa. No dice nada. Y la gente grita ¡Olé! Una vez más,  dos veces más, tres veces más, cuatro, cinco. Cinco veces más repetí mi hazaña taurina y una señorita de verde me observa y no me dice nada.
Tener o no tener…
Yo toreo autos. Otros corren detrás de ellos, y unos cuantos retroceden cuando un tico se desbanda sin freno alguno por alguna de esas peligrosas intersecciones que hace del centro histórico un damero imposible. Yo toreo autos, decía, pero otros se suben o bajan de ellos cuando apenas el chofer ha tenido tiempo de detenerse. Otros se divierten invadiendo la acera y dando brincos entre los carros. Al alcanzar la orilla de cemento dicen, secándose el sudor copioso: “¡Con las justas!”
Sí, Trujillo es una ciudad extraña. Damero imposible, coso donde corren autos sin cuernos, pero más contundentes, letales , asesinos. Una ventana. Y la mujer de verde con el gracioso gorrito que semeja a un casco se asoma, intenta decir algo. No dice nada.
Me acerco a la ventana –estoy al otro lado, como en el anverso del espejo-, y me asomo. ¿Qué quieres decir? ¿Qué es lo que intentas hacer? ¿Qué te frustra? ¡Qué te calla?
-No tengo papeletas.
Anónima protesta
Ninguno da su nombre. En la policía todos son anónimos como un uniforme verde, pero ello no les impide hablar. En breves minutos me ponen al tanto de la situación. Y aquel hombre que torea automóviles, movido tal vez por el prurito de molestar o por una demencia desconocida hasta para el mismo, no puede ser multado porque los policías no tienen papeletas.
“¿Cómo vamos a multar, si hasta ahora no nos entregan nada? Mire usted – y la suboficial me señala a una posible estudiante universitaria que prefiere caminar por el piso negro en lugar de usar el carril vial que se extiende a su más próximo costado derecho-, mire usted cómo la gente comete infracciones de todo tipo y no podemos sancionarla porque no tenemos papeletas”.
No es el único ni es sólo la policía que se queja. También los mismos peatones que necesitan de la presencia de un custodio del orden vial para hacerle frente a la eterna prepotencia de los choferes. “Mira, está ahí parado y nada hace”, comenta una enojadísima señora que pretende cruzar desde hace diez minutos una intersección no semaforizada.
Cabe añadir que la problemática se agrava por la escases de efectivos que se necesitan par hacer cumplir la ley. “Actualmente, tenemos 35 efectivos por turno, pero necesitamos 300 en cada uno”, fueron las palabras de la encargada de la oficina de Servicio Educativo de la Dipoltran, suboficial brigadier Olga Merino Lama, quien añadió que “existen puntos muy problemáticos, muy concurridos en la ciudad”. Y citó como ejemplo de ello a las avenidas España, Los Incas, Jesús de Nazareth, Perú, etc. o el Jirón la Unión.
Yo toreo carros. Y si un Toyota me corneara, no será mi culpa. Ojalá el torito tenga Soat.
(Publicado en el diario La Industria de Trujillo. Viernes 03 de diciembre de 2010, página A.12)

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